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Argentina: La lucha continúa


LOS PIQUETEROS
ESTAN AHI

Por: Hugo Presman
ARGENPRESS.info


La volubilidad de la clase media argentina es proverbial. La adaptación de la clase alta para desensillar hasta que aclare, representando el papel de adecuación a los nuevos tiempos mientras intentan erosionar y desgastar a un gobierno que no consideran de su palo, merecería la aprobación de Tartufo.
La penetración de algunos valores menemistas en franjas de los sectores populares es otra de las hipotecas dejada por los años de plomo de la democracia. Así, tal vez, se entienda la fluctuante visión hacia los piqueteros que ha pasado de la indiferencia, la tolerancia, la comprensión, la confluencia en las calles, nuevamente una tolerancia precaria y finalmente un creciente rechazo.

Retrato social I

Están ahí. Cortando una ruta. Marchando sobre la Capital. Tomando un puente. Están ahí. Sus rostros morenos, sus bocas desdentadas, todos sin anteojos. Los pobres no tienen problemas visuales, diría un sociólogo apresurado o un economista graduado en insensibilidad en Chicago. En realidad lo que no tienen es dinero para acceder a un oculista ni plata para comprarse anteojos. Están ahí. Para que los vean los que están en condiciones de ver pero que sufren de anteojeras ideológicas. Están ahí. Caminando desde la exclusión, escribiendo la historia desde el olvido y la desprotección. Están ahí. Arrojados a las calles y apropiándose del lugar donde fueron abandonados. Pocos se alarmaron cuando miles y miles, millones, eran expulsados del sistema. Nos estábamos modernizando. Puerto Madero, los shopping, el dólar barato, los celulares, Internet, el cable, los viajes al exterior, los electrodomésticos en cuotas, impedían ver. Se remataba el país, se devastaba la economía, se protegía a la usura. El mercado distribuía los recursos y las víctimas eran los derrotados que debían pagar por su fracaso.

Los sonidos del poder

'La actitud del gobierno , por un lado, genera que crezcan algunos grupos que llamo las pymes piqueteras. Pero por otro lado, van generando en la población una actitud más negativa respecto de los piqueteros porque ve que el gobierno actúa con mano de seda para que no haya excesos o represión. Y la respuesta es que paran o cortan las calles para pedir por preservativos, por útiles escolares, por el ALCA, el no ALCA, por cualquier cosa. Creo que va a llegar un momento que la democracia va a decir 'basta'. Todos tienen derecho a reclamar, pero vamos a tener que encontrar un lugar para protestar, los lugares que quieran, la Plaza del Congreso o el lugar que sea, porque sino el descrédito de los que reclaman cortando calles puede ser mayor o menor y puede haber reacciones que terminen en violencia' Eduardo Duhalde La Nación 30-11-2003.

'Hay que poner ley y orden. Las calles la ganan los piqueteros por un lado y los delincuentes por el otro' Hilda 'Chiche' Duhalde Página 12, 29-11-2003.

'No vamos a reprimirlos pero deben desaparecer' Aníbal Fernández Página 12, 27-11-2003.

'Yo no llegué a este sillón para reprimir. El que piensa que estoy dispuesto a hacerlo, se equivoca' Néstor Kirchner La Nación 30-11-2003.

'En este gobierno no hay lugar para la represión. Este gobierno no promete cárceles modelos y después juega a la mano dura. ... Este gobierno no duda, sacó la política a la calle, a la luz del día. Muestra su acción, exhibe sus aciertos y sus errores. Corrige, gobierna, sigue. Quién quiera ver, que vea. Quién quiera oír, que oiga' Aníbal Fernández Clarín 1-12-2003.

'Kirchner narró que durante la última manifestación del grupo que amenazó con tomar la Casa Rosada, vio como detrás de quienes enarbolaban palos, venían familias con sus chicos, incluso algunos bebes, que se detuvieron a mirar las ruinas coloniales descubiertas a espaldas de la Casa Rosada. Dijo que abrió la ventana, y los invitó a conversar ¿Como vamos a reprimir a esta gente? Dijo. Añadió que había que trabajar para un cambio cultural que es muy lento y difícil. Estamos en el infierno, tenemos que pasar al purgatorio' Página 12, 2-12- 2003.

Retrato social II

Están ahí. Gritando que existen. Tratando de ingresar a un sistema que los expulsó. Escriben la historia con sus pies. Son las víctimas de un modelo perverso y despiadado. Muchos son ex obreros fabriles. Otros nunca accedieron a un trabajo. Otros son sobrevivientes de pueblos fantasmas aislados por el levantamiento de ramales ferroviarios y el cierre de los establecimientos fabriles. Hay familias enteras que luchan por su dignidad iluminados por la luz de los neumáticos quemados. Están ahí. Reclamando un lugar que perdieron o una inserción laboral de la que siempre carecieron. Están ahí. Exigiendo los servicios de salud que no reciben, el trabajo que necesitan, la educación que se les aleja. Están ahí.

Algunos de los apóstoles de la represión

'Pero esta contradicción del gobierno frente a este desafío de los piqueteros no le es enteramente imputable porque responde a una contradicción más profunda que late en el seno de la sociedad. La verdad es que los argentinos rechazamos y toleramos al mismo tiempo la ofensiva de los piqueteros. Se impone bajar hasta los sótanos de nuestro inconsciente colectivo para comprender la confusión de conceptos que nos envuelve. Quizás lo primero que nos pasa es que nos hemos quedado sin una idea clara sobre que cosa es la represión. .... ¿Pero que hacen por su parte los automovilistas y los transeúntes ante estas perturbaciones? En vez de protestar activamente contra los manifestantes, los dejan pasar mansamente. La pasividad no es sólo policial sino también ciudadana frente a los piquetes es solo explicable como la expresión de un profundo sentimiento de culpa entre los argentinos' Mariano Grondona La Nación 30-11-2003.

'Hay sólo 2.200.000 planes jefas y jefes de hogar, pero sólo se movilizan en total unos 10.000 piqueteros, menos del 0,50% de la población con problemas laborales. No se necesitan más para convertir el centro político y financiero de Buenos Aires en una metrópoli enardecida. Nada es previsible: las citas se cancelan, los comercios cierran en las calles de la indisciplina, los enfermos llegan a deshora a los centros asistenciales, los viajeros pierden trenes, aviones colectivos' Joaquín Morales Solá La Nación 30-11-2003

'Yo no he escuchado que se quiera criminalizar a los pobres, lo que si se observa es que algunos dirigentes empujan a los excluidos a cometer actos contrarios a la ley' Marcos Aguinis Revista Noticias 6-12-2003.

'En tanto y en cuanto las autoridades nacionales, so pretexto de no criminalizar la protesta social, satanicen la sola idea de reprimir, la escalada piquetera puede, en un futuro no tan lejano, comprometer la gobernabilidad' Vicente Massot Revista Noticias 6-12-2003.

Diálogo Mesa de Café de Gerardo Sofovich Canal 9 26-11-2003.

Sofovich: Estamos en una situación de total anarquía.

González Oro: Mientras reprimir sea una mala palabra, estamos en manos de los piqueteros. Es una evidente situación anárquica.

Chiche Gelblung: Yo diría que es una situación pre-anárquica.

'El riesgo no está en esas muchedumbres silenciosas, formadas por personas que se mueven como zombis, caminando como autómatas sin dirección, sino en los militantes de cara tapada y con garrotes con púas en las manos. Son soberbios y autoritarios frente al padecimiento general de la sociedad. ¿ Hay que aguantar semejante falta de respeto? Joaquín Morales Solá La Nación 26-11-2003.

Retrato social III

Obstaculizan el tránsito. Desordenan la circulación. Ejercen violencia sobre la paciencia de los afectados. Están ahí. Sobre ellos se ejerció la peor de las violencias. Se los privó de trabajo y de justicia. Ellos y sus hijos padecen hambre. Cuando con frecuencia se enferman, muchas veces no tienen dinero para llegar al hospital más próximo. Y si llegan tienen que hacer largas colas desde la madrugada. La escuela no es mucho más que un comedor donde sus hijos tal vez ingieran la única comida. Las neuronas que se pierden en el camino serán los cimientos para justificar futuras desigualdades sociales. A sus modestas viviendas no ha llegado aún la Revolución Francesa. No hay electricidad ni agua corriente. Sus cocinas funcionan a leña o a garrafas cuyo valor triplica al gas natural. Están ahí. Careciendo de los más elemental. Eso que está incorporado a las prácticas cotidianas de la clase media. Sin papel higiénico, hilo dental o preservativos. Están ahí. Con sus ropas agujereadas, sus zapatillas gastadas, sus alimentos salteados. Están ahí, cercados por la pobreza. Están ahí. Con su pasado a cuestas y con su futuro reducido a sobrevivir el día siguiente. Están ahí. Luchando en las peores condiciones, en una batalla extremadamente desigual, levantando una hipoteca que no contrajeron, pagando una fiesta a la que no fueron invitados, resistiendo a una sociedad que fluctúa entre la comprensión reticente y el denuesto activo. Están ahí.

Otra mirada

'La base común es, precisamente, la táctica a que los pobres han sido obligados hacerse visibles en el espacio público como único recurso para ocupar al mismo tiempo, el espacio de los medios de comunicación y la atención de los gobiernos. La ocupación del espacio público ( que molesta a los sectores más reaccionarios e insensibles) es siempre el centro de un debate que no puede (ni debe), cerrarse' Beatriz Sarlo Revista Debate 31-10-2003.

'En aquella época, los 70, todavía Buenos Aires tenía los taxis previsibles y los usuarios de taxis previsibles en una capital de un país periférico. Faltaban muchos bruscos movimientos económicos y sociales para que ésta ciudad tuviera cinco veces más taxis que París. Faltaban despidos en masa que ubicaran a los despedidos en la disyuntiva de invertir la indemnización en un taxi o ponerla en un plazo fijo. Faltaba el cierre del mercado de trabajo que ubicara a muchos profesionales liberales en la disyuntiva de manejar un taxi o irse del país. Faltaba la explosión en los 90, de la ilusión de un mundo de servicios al alcance de todos, un mundo lubricado y a la orden, soluciones para hacer todo más rápido o sin moverse de casa, un mundo que también estalló cuando hace poco descubrimos que uno no tiene que hacer todo más rápido si ya no tiene nada que hacer, o que hay miles de personas que no se mueven de sus casas, porque ya no tienen adonde ir. ' Esos negros no van a parar hasta que no les maten unos cuantos' dijo el taxista el otro día.......la mayoría de las veces me asombra la ira reconcentrada que exhuman sobre todo los taxistas recientes, los devenidos taxistas en base a fracasos anteriores. Tienen una violencia a flor de piel que transpiran cada vez que una calle está cortada, como si el derecho a circular (a circular sin rumbo, a circular sin pasajeros, a circular sin la promesa de un salario digno) fuera la única trinchera que les queda. O como si el piquete o la protesta callejera que les corta la calle o los desvía fuera una señal no descifrada de otros obstáculos que le han cortado el camino o los han desviado de sus sueños' Sandra Russo Página 12 5-11-2003.

'La Argentina viene de una guerra en la que no hubo bombas tradicionales. Pero las bombas cayeron. Y cuando las bombas caen, dejan cráteres. Pasada la guerra, si la gente necesita movilizarse por una ciudad que quedó en ruinas, va a tener que circular alrededor de ellos, no va tener más remedio. Buenos Aires no es Kosovo, pero tiene eso cráteres virtuales que son las protestas callejeras. Y con ellas vamos a tener que convivir durante mucho tiempo' José 'Pepe' Nun Revista Noticias 6-12-2003.

'En todas las reuniones sociales a las que asistí profesionalmente ésta semana, incluida una comida en una embajada se habló de los piqueteros. Incluyo gente culta, bien alimentada, periodistas y yo mismo. Los lugares comunes derramados no diferían de los que se escuchan en los llamados de los oyentes a las radios o en las crónicas de los medios, aunque en ciertos medios con un énfasis mayor de repudio. Escuchar decir que alguien les paga, que no son pobres, que no se manifiestan en forma espontánea, que no quieren trabajar, que son insaciables, etcétera, muestra que la mediocridad arraiga mejor en personas con alguna instrucción y de nivel acomodado. Que el ministro Tomada fuera tomado, avivó el fuego condenatorio. Que inquietante atracción ejercen esos revoltosos desarrapados y pedigüeños sobre el estándar medio argentino. Nunca los belicosos ahorristas que asolaban las fachadas de los bancos e imponían el encierro de los empleados bancarios cubriendo las entradas, suscitaron esa reacción rabiosa ciudadana que imponen los piquetes. Hay una lógica económica en todo eso: los ahorristas perdían dólares, los piqueteros no pierden nada. Los ahorristas habían sido vulnerados en su propiedad privada; los piqueteros vulneran el espacio público. Aquellos lucían un look adecuado a la city, los piqueteros lucen deslucidos y además algunos se enmascaran. Las armas de los ahorristas son zapatos de tacos altos, attaches y paraguas, las de los piqueteros, piedras y palos. Aquellos, una vez satisfechos con bastante beneficio, volvieron prestamente a los bancos porque esa es su pulsión genética. Los piqueteros quieren.....un destino.' Orlando Barone Revista Debate 31-10-2003.

'Me parece inquietante la campaña que se han montado desde varios medios y sectores políticos de derecha que intentan instalar la imagen de una democracia jaqueada por los piqueteros. Hay que dar vuelta el argumento: veinte años de democracia han dado cuenta de un despojo de derechos que la protesta piquetera vino a poner de manifiesto'. Maristella Svampa, socióloga, Página 12, 2 -12-2003.

'Aprendamos las cosas buenas que, en algunos lugares, logró crear el ser humano. La ley de desocupación del conservador alemán Bismarck es algo para imitar, más de un siglo después. Estableció que al cohabitante que se ha quedado sin trabajo hay que ayudarlo, tiene el derecho de pertenecer a la comunidad, por eso se le pagará el 62% del sueldo que ganaba. Porque, si no, se convierte en marginado, en un posible delincuente y va perdiendo las virtudes aprendidas de un miembro de la sociedad, principalmente ante su propia familia' Osvaldo Bayer Página 12 6-12-2003.

'El piquete es el síntoma de que, durante más de diez años, no hubo salida en la Argentina' Beatriz Sarlo Revista Debate 31-10-2003.

La calle de los lugares comunes

Han sido arrojados a la intemperie. Han sido privados de todo. Se espera de ellos modales y conductas impecables. Se les exige lecciones de urbanidad. Como sostenía Bernard Shaw: ' Primero se les obliga a ser lustrabotas y luego se los acusa de ser sólo lustrabotas'. Desde Jorge Casaretto a Radio 10, con alguna lamentable adhesión del Presidente, representantes de los sectores sociales incluidos de todas las clases sociales, circulan por las calles de los estereotipados lugares comunes. Que se cubren el rostro. Que amedrentan con sus palos. Que no quieren trabajar. Que son vagos. Que son violentos. Que han perdido la cultura del trabajo.

Que se cubren el rostro. Es sólo un porcentaje reducido de los piqueteros . La explicación es que la policía los filma o fotografía y cuando regresan a sus barrios marginales son secuestrados y sometidos a brutales golpizas. Y no son los únicos que se ocultan. El publicista Fernando Braga Menéndez, como incluido de clase media alta lo relata con admirable precisión en una nota de Página 12 del 21-10-2003: '..... anteayer estuve en una fiesta en casa de amigos. Luego de la consabida y machacante desvalorización del servicio doméstico, los empleados públicos, los grones de la fábrica, y todo lo que no fuera idéntico a ellos, les tocó el turno a los piqueteros. Se dijo lo de siempre, pero con un agregado: ' Se escudan en el anonimato y se tapan la cara con pasamontañas ( prenda solo admitida por ellos para esquiar en Aspen) porque son todos ladrones. Tenían razón y me callé la boca. 'Deben ser todos ladrones', pensé. Al irnos vi que todos partían en unas poderosas 4x4 con los vidrios negros polarizados. Todos, con esos vidrios tan negros y amenazantes, tan mafiosos, tan menemistas, tan narco - bananero. Como al pasar, me acordé de los desdentados y sucios piqueteros. 'Se escudan en el anonimato porque son todos ladrones'.

Que amedrentan con sus palos, que son violentos.

Son escasísimos los casos registrados en que los mismos hayan sido utilizados más allá de la autodefensa. La violencia queda acotada al corte de rutas y calles, siendo su pacifismo y su desplazamiento ordenado los emblemas característicos. Lo reconoce incluso un propagandista de la dictadura criminal, Vicente Massot: 'La violencia piquetera es - si se admite el juego de palabras - poco violenta'. Además, como dice Beatriz Sarlo, 'cuando una sociedad estuvo al borde del abismo, quienes más cerca estuvieron de ese abismo, son lo menos indicados para discriminar refinadamente cuales son las modalidades de lucha que menos afectan los derechos de otros ciudadanos más favorecidos'.

Que no quieren trabajar, que son vagos, que han perdido la cultura del trabajo.

Son admirables los emprendimientos realizados por muchas de las fracciones piqueteras. El calificativo de vagos es aplicado cuando rechazan los trabajos ofrecidos cuya retribución neta es menor que lo perciben por los Planes Jefas y Jefes de Hogar. La cultura del trabajo ha sido demolida en una sociedad en la que se arrasó la legislación laboral y la que sobrevive es violada usando el efecto disuasivo y desmovilizador de la hiper - desocupación. Que esto sea enarbolado entre otros por empresarios que vendieron sus empresas para invertir los fondos en la especulación, revela que el cemento facial está al borde del desabastecimiento. Y en aquellos casos en que la larga permanencia en la desocupación o el hecho de jóvenes que nunca accedieron a un trabajo lo hayan alejado de las prácticas de esa cultura, aún en esa eventualidad no podría ser imputado por padecer las consecuencias de la implementación de políticas expropiatorias e irracionales.

Dice Orlando Barone en La Nación del 30-11-2003: ' La antiquísima idea que el que no tiene trabajo es porque no quiere, acunó buena parte de mi infancia de clase media. Enseñar a pescar antes que regalar pescado. Tarde años de educación y lectura en darme cuenta que para que el pescador pesque tiene que disponer de algo elemental: agua y en ella tiene que haber peces. Y para el aprendizaje, estar sano, no ser alcohólico, tener ganas, no haber perdido neuronas por estar desnutrido. Además, para que pesque un pececillo, no tiene que haber ningún grupo angurriento, depredador, que se lleve en la red todos los peces y de yapa se quede con el agua para decorar con un lago su cabaña de estilo y practicar deportes náuticos'.

Meditaciones desde afuera del piquete

Eduardo Duhalde y Sra. salen a pedir orden en primer lugar porque las encuestas que rigen su accionar, expresan un creciente repudio a los piquetes. En segundo lugar porque los piqueteros compiten con la estructura duhaldista bonaerense de intendentes que mezclan política, negocios y clientelismo.

La clase media en sus franjas mayoritarias toma distancia de las consecuencias palpables de las políticas que apoyó: Menem - De la Rúa - y de las que no pudo concretar: López Murphy - Macri. Tienen terror de terminar en un piquete, pero prefieren refugiarse en un shopping o en un barrio privado. Recuperados sus ahorros, las cacerolas volvieron ser utensilios domésticos. Vuelven ahora, ocasionalmente, para reclamar por la seguridad de la que excluyen a los piqueteros. El sacrosanto derecho de propiedad y sin la cual no se es, sumado a los valores incorporados en diez años de menemismo, constituyen el andamio desde donde se puede lagrimear sobre las estadísticas que patentizan la destrucción e insensibilizarse con las víctimas de carne y hueso que exteriorizan la demolición. Lamentan la pobreza en abstracto y rechazan a los pobres. Sobre todo a los pobres que no se resignan a serlos.

En los sectores populares, la disgregación social que produjo el fundamentalismo neoliberal, considera injusto y repudiable que el sueldo de un incluido sea apenas un poco superior a la limosna de un desocupado. En lugar de luchar para mejorar su retribución, intenta establecer la diferencia degradando al del excluido.

Meditaciones desde el piquete

Toda política instrumentada y repetida hasta la saturación, produce un desgaste que conspira contra los propósitos esgrimidos. La división cariocinetica de más de cuarenta agrupaciones piqueteras sin coordinar los planes de lucha, tiende a una superposición desgastante y contraproducente. La presencia importante de la izquierda bullanguera que confunde siempre sus deseos con la realidad, es un alerta importante porque su política de confrontación total puede terminar vaciando al movimiento como ya lo hicieron con las asambleas barriales. Aislar a los piqueteros de la clase media es una estrategia suicida que abona el camino hacia la represión. Tácito, el historiador del Imperio Romano, hace muchos siglos, sobre estas situaciones decía: 'Mientras luchan por separado, son vencidos juntos'. Hay un punto que en forma consciente o no, las tácticas de algunos dirigentes piqueteros parecen el complemento necesario de los Alvarez Gaiani, Grondona, Morales Solá, Cristino Ratazzi.

El análisis político permite un diagnóstico a partir del cual se moviliza, debe ahondar en los claroscuros y los matices. Si se considera que todo es lo mismo, ya sea que se trate de Menem o Kirchner, lo más probable es que los piqueteros terminen no cortando una calle, sino bloqueando definitivamente su destino.

Cuando lo esencial es invisible a los ojos


El periodista Teodoro Boot define la ecolalia como un síntoma de enfermedad mental que consiste en la repetición mecánica por parte del enfermo de las palabras de las personas que lo rodean. Los medios como La Nación, Radio 10, Infobae, Ámbito Financiero, políticos como López Murphy, Menem o Macri, hacen pie sobre la imposibilidad de seguir ampliando los planes asistenciales que hoy llegan a 2.300.000 personas. Ninguno de esos medios y políticos, otros como Clarín, recogieron ni se preocuparon por una propuesta de los bancos que requieren 37.000 millones de dólares del Estado para sanear el sistema financiero con la promesa que de esa forma volverá el crédito. La idea es que el Banco Central adquiera las carteras crediticias irregulares con el compromiso de los bancos de volcar esos fondos mediante préstamos de mediano y largo plazo. En castellano básico: quieren socializar las pérdidas. Esto al margen de la compensación que el Congreso aprobó de 2.800 millones de pesos por el reemplazo del Coeficiente de estabilización monetaria ( CER) por el Coeficiente de variación salarial (CVS). Traduzcamos el subsidio solicitado descaradamente por los bancos en términos de planes jefes y jefas de hogar. Equivalen a 10.300.000 planes de $300,00 cada uno durante un año. O sea, 8.000.000 más de los que hoy se otorgan al doble de su valor.

Los banqueros no cortan rutas. Bloquean con su rapiña las posibilidades de un país. En forma silenciosa. Con buenos modales. Mediante los lobbystas que no llevan palos, sino chequeras. Que no queman neumáticos, sino que incendian naciones. Que no obstruyen el tránsito sino la circulación económica - financiera. Pero los que sufren de ecolalia, creen que el problema son los piqueteros.

Están ahí

Los piqueteros son los desocupados que se niegan a permanecer en esa situación. Están ahí. Para manifestar con su presencia que no se los puede ocultar debajo de la alfombra. Son millones los desocupados, los que están por debajo de la ya miserable línea de pobreza. Juntos con los que revuelven los tachos de basura y los que extraen como los cartoneros, sus magros ingresos, de los desperdicios de los incluidos.

Están ahí. Transportando la promiscuidad y el hacinamiento, el raquitismo y la tuberculosis. Están ahí. Como dice Eduardo Pavlovsky : 'El hambre no tiene tácticas moderadas. El hambre tiene hambre.'Reprimir al hambre es como si el ejercicio de la medicina consistiera en matar a los enfermos para suprimir la enfermedad. Están ahí. Si a la exclusión se le suma el denuesto y la represión, si se los condena a cien años de soledad, no habrá una sociedad que merezca acceder al futuro. No son el lastre de un barco averiado. Son los pasajeros que hay que rescatar para que el barco vuelva a navegar. El lastre son las langostas que han devorado al país. Mientras tanto, los piqueteros, están ahí.


* Hugo Presman es periodista.