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Argentina: La lucha continúa

Doble Crimen de Santiago del Estero:

LOS JUÁREZ APUESTAN AL FUTURO

Por Julio Carreras (h) *

La Fogata

Aunque parezca una extravagancia -por lo avanzado de su edad-, los gobernantes conducen cada uno de los precisos pasos del poderoso equipo que comandan hacia un sólo objetivo: controlar el futuro de Santiago.
Detective de animales En la Edad Media se llamaba "buffos" a los cómicos callejeros. Alguien que sin alcanzar la ductilidad de un actor, poseía en cambio el histrionismo suficiente como para entretener al vulgo, en las peatonales o el mercado público. Además de El Guarachero, en Santiago contamos hoy con un nuevo representante. Se trata del abogado de Musa Azar, Luis Eduardo Vergottini. Desde haber denunciado una conspiración comunista, cuando los abogados de la familia Villalba señalaban en soledad a Musa Azar como principal responsable de los crímenes, hasta padecer un desmayo al dar un envase de plástico vacío contra su testa, atravesó considerables matices del simulacro con notable eficacia. Si bien no podría comparárselo con Jim Carrey -es demasiado agrio para ello-, tal vez podría imputarse su inspiración al inefable Guillermo Nimo.
Pero vayamos al grano. Con las inspecciones efectuadas en las fincas de Musa Azar, donde se encontraron huesos humanos, parece haberse vuelto casi imposible que el ex Capo Mafia eluda la cárcel por muchos años.
Aún suponiendo que lograse evitar la condena por el Doble Crimen -cosa altamente improbable- ya lo han acusado del asesinato de un ganadero y se está solicitando la reapertura de muchas causas por desapariciones, asesinatos y torturas durante la represión ilegal de los 70. Aparte de estos casos, se inician investigaciones -hasta ahora privadas- sobre su vinculación con el abigeato, el tráfico de drogas, la prostitución, la corrupción política en la provincia, entre otras cosas.
El pueblo en las calles Es notable cómo la presión popular ha logrado que fuese variando la actitud del poder con relación al esclarecimiento de los tristes acontecimientos de enero. Desde la fulgurante acción inmediata -ampliamente difundida por Canal 7, El Liberal y Nuevo Diario- en la cual el gobierno -y los mencionados medios- daban por resueltos los crímenes, adjudicando toda la responsabilidad a José Patricio Llugdar, hasta la compleja "asociación ilícita" denunciada hoy por la Justicia, media un trecho sin duda extraordinario.
Debe recordarse que el Juez Castillo Solá, los entonces jefes policiales y gran parte de la entente que mantiene a la sociedad bajo un cerrojo de acero desde 1983, ridiculizaban con gran ironía cualquier intento por reflexionar sobre supuestas conexiones del poder político con estos asesinatos.
Esa ironía se fue congelando para dar lugar a la preocupación -a un ritmo singularmente acrecentado- cuando uno a uno, quienes habían disfrutado de amplísimo espacio en Canal 7, El Liberal, Nuevo Diario y sus cuatro o cinco perrillos falderos locales, para clamar indignada inocencia, fueron cayendo no sólo bajo sospechas, sino varios de ellos imputados, directamente, en el horrendo suceso que motivara el inicio de la investigación.
Debe destacarse de manera especial un elemento: la movilización popular. Ninguno de los resultados obtenidos hasta ahora hubiesen salido a la luz jamás si los manifestantes, en vez de ocupar las calles reclamando justicia con indignación, se hubiesen quedado en su casa frente al televisor. Debe dejarse en claro, pues, que todos los avances en la resolución de estos crímenes son mérito únicamente de la presión ejercida por los pobladores, movilizándose masivamente en las calles.
Humillados y ofendidos Fue mérito de las familias de Patricia Villalba y Leila Bashier Nazar el no haberse resignado a esperar que Castillo Solá y sus amanuenses policiales resolviesen los horrendos sucesos que destruyeron a sus hijas. Esto constituye una extraordinaria singularidad en Santiago. Déjenme recordar sólo al pasar (y de memoria) algunos casos representativos del modo como actuaron otros pobladores santiagueños ante situaciones semejantes: En los primeros años de la década del 80, apenas recuperada la democracia, un hombre -de apellido Montenegro, creo- perdió un ojo al ser atacado salvajemente por una patota. Su única culpa había sido estar pintando consignas electorales para el partido Radical. En todas las confiterías se dijo el nombre de quien comandaba esa patota: "Pololo" Anauate, un joven candidato a concejal, al mando de un grupo de muchachotes del Partido Justicialista. Nadie fue preso aquella vez, el mismo damnificado no hizo ninguna denuncia -o si la hizo, ni él ni su partido tuvieron la voluntad de perseverar en sus demandas.
En 1991 Miriam Judith Herrera, una bonita y sencilla muchacha que regresaba de una celebración evangélica, fue golpeada, violada y asesinada en un pastizal que había en los accesos de los barrios Industria y Villa del Carmen. Era vox populi en dichas barriadas que el responsable de ese crimen -junto a dos amigotes- era un conocido puntero político del juarismo en Villa del Carmen. Luego de una breve indagatoria, el mencionado "desapareció" por un tiempo, y se rumorea que otro joven -finalmente condenado por el crimen, en lugar del puntero- puso un negocio al salir de la cárcel, luego de tres años y medio, siendo que anteriormente no poseía más bienes que un humilde rancho. El puntero es hoy un próspero carnicero (se rumorea que ligado al cuatrerismo).
Es verdaderamente horrible conocer las infinitas violaciones a los Derechos Humanos que es capaz de soportar el poblador humilde en esta provincia.
Violaciones, usurpaciones de terrenos o viviendas, vejaciones de todo tipo, son aceptados como una fatalidad, con frecuencia no sólo por personas de las clases desposeídas aquí, sino también de la clases medias y adineradas. He conocido a personas de envidiable situación económica que cedieron sin chistar ante el avasallamiento de sus derechos por haberlos perpetrado un representante del poder político, económico o militar de turno. Por ello vale destacar como un hito la valiente actitud de los familiares de las dos chicas asesinadas, actitud que precipitó primero la movilización popular, luego la necesidad del poder político de dar una respuesta seria al grave problema encarnado en la "ultraeficiencia" repentina de la jueza María del Carmen Bravo.
La guerra de los poderosos Ante la presión popular, las acertadas gestiones efectuadas por los familiares y abogados -especialmente los de la familia Villalba- y la trascendencia hasta internacional que adquirió el tema, tres de los racimos de poder en que se dividió la plutocracia santiagueña en los últimos años, se lanzaron a sacar provecho de la situación (lo siguen intentando ahora).
Uno de estos tres grupos está hegemonizado por la pareja gobernante, con el apoyo financiero de Ick. Es el que quiso quitar de enmedio a Darío Moreno y Musa (al primero por haberse erigido en un potencial "sucesor" de los Juárez, el último sólo porque estaba demasiado viejo, demasiado poderoso, demasiado caprichoso, pero sin llegar jamás a "sacrificarlo" como están haciendo hoy, obligados por las circunstancias).
El segundo lo constituye el tradicional club católico cohesionado en los 50 que, desde la criminal embestida de Rojas y Aramburu en el 55 hasta el último e infernal genocidio de los 70, no ha dejado de sacar provecho y colaborar eficazmente con cuanta dictadura militar clavase sus garras sanguinolentas sobre las espaldas de nuestra Patria. Ellos prepararon un menú excelente -por cierto compuesto por conspicuos representantes de su club- para el gobierno nacional, ante la posible aplicación de una intervención a la provincia.
El tercer grupo -girando alrededor de Curi- ha efectuado una serie de alianzas e inversiones estratégicas, que le permiten desde el eficaz fogoneo a través de algunos medios de difusión periodística que hoy le responden, hasta el sustentamiento de acciones políticas que, directa o indirectamente apuntan a la corrosión del poder imperante, para ocupar enseguida los huecos que por este medio puedan lograrse.
Naturalmente que esta simplificación no alcanza a describir el rol de los tres o cuatro grupos-satélites, con fuertes intereses y capacidad de presión, que acompañan a uno u otro de los principales poderes en pugna. Como los Cantos, que hoy negocian cada centímetro de su adhesión a uno u otro de acuerdo a las mejores ofertas recibidas, manteniendo relación con casi todos los actores del drama -excepto los "demonios cristianos" (así llamados por Cantos) con quienes los separan odios que sólo pueden sustentarse entre quienes fueron criados por una misma familia.
"El futuro es nuestro", dicen los Juárez El proyecto oficial sigue siendo hoy el más poderoso, a pesar de los aparentes retrocesos a que se vio obligado en los últimos meses. Contando con un fuerte aparato de difusión -Canal 7, radio Panorama y El Liberal-, con buena apoyatura política a nivel nacional (el 80% del Justicialismo gobernante respalda a Juárez), con suficientes medios provistos por la casi perfecta máquina financiera de Ick, con una estructura policial alternativa, el juarismo mira hacia adelante: creen que todo volverá a ser como antes, e incluso mejor.
¿Acaso no quemaron las viviendas de los Juárez en el 93? Curi les regaló otra mucho mejor y más cerca de la Casa de Gobierno -también totalmente refaccionada- cuando Carlos Arturo y la señora Nina tomaron triunfalmente las riendas de la provincia nuevamente, elegidos masivamente por el libre voto popular.
Entonces, se hará lo siguiente: La jueza María del Carmen Bravo -convertida en "orgullo de las mujeres", según la diputada del Partido $ Ana Alzogaray- con el apoyo de locales y nacionales "resolverá el doble crimen, castigará a los culpables e inscribirá esta causa como uno de los triunfos de la Justicia santiagueña sobre los más oscuros impulsos delictuales que fermentaron en un sector minoritario del poder político, cual putrefacto absceso".
Luego de "extirpado el absceso" se desarrollará un período de convalecencia, que los "doctores" se ocuparán de hacer menos doloroso, administrando "sabiamente" (por algo estuvieron haciéndolo durante 50 años), subsidios, edificación y adjudicaciones de vivienda, planes de ayuda, confirmación de empleados contratados, algunos nombramientos en la administración pública... en fin, la amplia batería de lenitivos con que cuenta la estructura política argentina para impedir que las estructuras sociales injustas cambien en algo esencial.
Para posibilitar el triunfo de este proyecto, el matrimonio Juárez ha efectuado discretos pero eficaces ajustes en su aparato de poder, sustituyendo a muchos funcionarios vulnerables por otros de mejor perfil y mayor capacidad -sin descuidar, por cierto, el que les sean absolutamente leales.
De tal manera, si las cosas resultan como se espera -desde el poder-, pronto tendremos en Santiago una "nueva Justicia", una "nueva policía" y un "nuevo staff de gobierno". Lo cual permitirá restañar leves desalineaciones con el poder nacional y, lo que es más importante, restablecer a esta provincia el sempiterno título de "la mejor administrada del país".
* Escritor y periodista.