"Filmus es el mentor ideológico de la reforma desastrosa de los 90"
Por Lucas Decima
Agencia ConoSur
La primera mesa de debate sobre la propuesta del ministro de educación de canjear deuda externa por inversión en educación mostró lo mejor y lo peor de los planificadores educativos del país. Incluyendo amenazas y patoteos, junto a análisis detallados del momento crítico al que se condujo al sistema educativo en los últimos años. El panel estuvo conformado por educadores, economistas, investigadores, voceros gremiales y por un representante del ministro Filmus.
Mientras Kirchner enfrenta las primeras marchas masivas de oposición, a días de que el ALCA sea objeto de la primera consulta popular para evitar que Argentina se sume a los firmantes; así como los organismos nacionales e internacionales de derechos humanos empiezan a alertar sobre la inacción de este gobierno, más allá de discursos y cambios de algunas figuritas, en violaciones evidentes como las de Santiago del Estero. Mientras todas las medidas difusas y ambivalentes de K están empezando a ser objeto de análisis y críticas luego de pasado el ensueño del enamoramiento inicial, le llegó el turno a uno de los delfines del presidente con imagen más progresista: el ministro de educación Daniel Filmus.
El Colegio Nacional de Buenos Aires dio lugar a un panel de especialistas en educación, que este miércoles se reunieron para analizar el pedido que Filmus hizo a los organismos financieros acreedores de la deuda externa argentina para que nos canjeen un porcentaje de esa deuda por inversiones en "educación y conocimiento". Los encargados del análisis fueron Eric Calcagno, Carlos Juliá, Ana T. Lorenzo, Susana Vior, y eventualmente Alejandro Morduchowitz (en representación del ministro Filmus) y Maria Teresa Sirvent (investigadora especialista en educación, docente de la UBA). Entre los distintos enfoques que se presentaron desde lo histórico, lo económico y lo político; quedó trazado un mapa del sistema educativo de nuestro país en las últimas tres décadas. Morduchowicz se encargó de cerrar el debate con la postura del Ministerio, que incluyó en partes iguales la falta de análisis, la falta de respeto hacia los oradores, la soberbia y la violencia física.