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Argentina: La lucha continúa

Canje de deuda externa por educación(*)


NOTICIA


En el mes de agosto los ministros de Educación de los países de América se reunieron en México para analizar la situación educativa en el continente. Esta

reunión tuvo lugar en el marco del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral (CIDI), órgano de la OEA.
Los ministros aprobaron tres proyectos hemisféricos que apuntarían a "mejorar la capacitación de docentes, fortalecer la educación secundaria y promover la equidad y la calidad entre los sistemas educativos de la región". Tales proyectos serán financiados por la OEA, a través de un fondo especial de 2 millones de dólares asignados para la educación.
En dicha reunión, preparatoria para la Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado de la región que se realizará en noviembre en Cancún, el ministro argentino de Educación, Daniel Filmus, sugirió que se proponga a los acreedores canjear parte de la deuda externa por inversiones en educación, ciencia y tecnología. El proyecto, avalado por el presidente Kirchner, fue aceptado por todos los ministros de Educación de América, inclusive Estados Unidos y Canadá, menos Cuba que no pertenece a la OEA.
Este canje, llamado "swap", ya fue adoptado por distintos países de América Latina, en diversas áreas como medio ambiente y educación alimentaria, pero no hay antecedentes en educación, excepto un acuerdo entre Indonesia y Alemania.

En Argentina, el proyecto estaría basado en inversión en la escuela básica y en ciencia y tecnología.
La propuesta del gobierno está destinada especialmente a los países acreedores y a los organismos financieros internacionales (como FMI y Banco Mundial). Lo que se pide es que sean estos organismos los que inviertan en educación en nuestro país, algo bien diferente a lo que vienen reclamando diversas organizaciones populares en el sentido de que el gobierno deje de pagar la deuda externa y sea el mismo Estado argentino el que invierta esos recursos en educación,salud, seguridad social, creación de puestos de trabajo y otras necesidades fundamentales de la población.

Ya la OEA propuso un modelo para implementar el canje: promulgar un "endowment" ( ) a partir de una ley que permita desgravar impositivamente a los tenedores de bonos si donan para educación.
Cabría agregar que la Conferencia Iberoamericana de ministros de Educación (realizada recientemente en Tarija, Bolivia) también adoptó el tema y además el ministro Filmus lo llevó a la UNESCO.

CONSIDERACIONES


1. Canjear deuda externa por educación es como renunciar a la lucha, a los principios, a los ideales que siempre hemos defendido. Significa reconocer como legítima una deuda fraudulenta y carente de legitimidad, desde cualquier lugar que se la analice.
Forma parte de reiteradas y sutiles estrategias, que vestidas con distintos ropajes tratan de introducir los organismos multilaterales de crédito, por medio de campañas como las de ¨lucha contra la pobreza¨ que sus programas económicos generan; o para ¨preservar el medio ambiente¨, que las empresas y grupos económicos, cuyos intereses defienden, contaminan y destruyen; o para ¨defender la vida¨, cuando son los mejores representantes de la muerte en todas sus formas.
Ahora nos hablan de ¨lograr mayores recursos para la educación¨, y muy pronto nos hablarán quizás de canjear deuda por salud.

2. Estos discursos pueden crear expectativas en sectores preocupados por las carencias del presupuesto destinado a la educación. Pero hay que decir que tales propuestas no respoden a los verdaderos intereses del pueblo y de la nación. Son consignas engañosas como lo fueron otras conocidas anteriormente. Así la de canjear deuda por naturaleza, presentada como la gran solución al problema de la deuda, en la que con unos pocos falsos papeles, se aseguraban reservas naturales de nuestros pueblos, para que ellos se las apropien ahora o en el futuro; o la de una supuesta y parcial condonación de deuda a los países empobrecidos altamente endeudados. Otra forma de presentar estos programas fue la capitalización de la deuda, conocida en la Argentina como Privatizaciones, cuyos resultados son ampliamente conocidos; de esta forma los títulos desvalorizados de la deuda, eran canjeados por las empresas públicas, reconociéndoles para ello el 100% de su valor nominal. Tal vez, dentro de poco nos propondrán cambiar deuda por territorio. Todos estos programas fracasaron, sin embargo se reciclan ahora en nuevas formas pero con los mismos contenidos. Y resulta por lo menos sugestivo que eso ocurra al mismo tiempo que el presidente venezolano Hugo Chávez sugiere una consulta a los pueblos de Latinoamérica para decidir si se paga o no la deuda.

3. En síntesis, rechazamos esta propuesta de canje de deuda por educación porque:
Implica legitimar la deuda externa; aceptar el canje es dejar de lado que la deuda externa es un fraude;
Es abandonar la denuncia de que la pretendida deuda ya se pagó con creces; y por lo tanto estrictamente no debemos nada;
Esto posibilita la mayor injerencia de los organismos financieros internacionales en las políticas educativas; decimos mayor injerencia porque hace más de quince años que el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo inciden en las políticas educativas;
Resulta paradójico proponer este canje cuando una parte de la deuda externa argentina proviene de préstamos del Banco Mundial y otros;
Implica renunciar a que el propio país trace de manera soberana su presupuesto educativo, sus prioridades, etc. Además del hecho de que no hay más dinero para la educación porque muchos potenciales recursos se destinan al pago de la deuda externa. En 2003 Argentina pagó alrededor de 12.000 millones de pesos por intereses de la deuda.
Si ese canje se realiza a través organizaciones no gubernamentales, las inversiones ¿irán al sistema educativo? ¿o a la contratación de técnicos? ¿o a otras cosas? El estilo de los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial no es invertir en infraestructura sino en programas ¿cómo será en este caso?
Tenemos legítimos temores de que, aunque la UNESCO supervise el mecanismo, los aplicadores serían los mismos responsables de la catástrofe educativa que padece el país;

4. Puesto que la ¨solución¨ que se propone con el proyecto de canje de deuda por educación pasa por abrir el sistema educativo a las inversiones extranjeras, es pertinente incluir aquí algunas consideraciones vinculadas al proyecto Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y particularmente a su capítulo de inversiones.


4.i. Al respecto Maude Barlow recuerda que tanto ¨el TLCAN (NAFTA en inglés) como el Mercosur incluyen medidas para liberalizar las inversiones extranjeras y otorgan derechos de tratamiento nacional (no discriminatorio) a los inversionistas extranjeros. Ambos prohiben los ¨requisitos de desempeño¨ mediante los cuales los inversionistas extranjeros se verían obligados a promover la economía local y apoyar a los trabajadores del lugar.

Además ambos se fundamentan en un modelo de liberalización del comercio y las inversiones que se adhiere estrictamente a los Programas de Ajuste Estructural (PAE) introducidos anteriormente en América latina por el Banco Mundial y el FMI. Bajo estos programas, la mayoría de los países en desarrollo se vio obligada a abandonar la industria nacional para dar lugar a intereses empresariales transnacionales; utilizar sus mejores tierras agrícolas para producir cultivos de exportación a fin de saldar la deuda externa; recortar el gasto público en programas sociales y abandonar los programas de atención médica, educación y seguridad social universales; liberalizar sus sectores de electricidad, transporte, energía, y recursos naturales y retirar las barreras reglamentarias contra las inversiones extranjeras.

4ii. Entre los 9 aspectos principales del ALCA, hay tres que se relacionan directamente con el tema de nuestro trabajo:

Eliminación de barreras para las inversiones extranjeras
Marco jurídico para proteger a los inversionistas y sus inversiones
Nuevas negociaciones para la inclusión de servicios

Un trabajo de la entidad Public Citizen´s Global Trade Watch informa que EEUU se ha empeñado en liberalizar el sector servicios, incluidos sanidad, educación, servicios ambientales, seguridad social y servicios hídricos. Los informes disponibles revelan un plan para un acuerdo muy extendido. La combinación de un acuerdo de servicios totalmente nuevo en el ALCA y las disposiciones existentes en el TLC con respecto a inversiones representan una amenaza completamente nueva para todos los aspectos de la vida de los pueblos de América. Esta poderosa combinación otorgará a las empresas transnacionales del continente nuevos derechos, lo mismo en las áreas supuestamente protegidas de sanidad, seguridad social, educación, como en otros servicios gubernamentales federales, provinciales o municipales.

4iii. En el ALCA, el tratado sobre servicios tiene un alcance muy amplio. El marco de las negociaciones incluiría, entre otros, que:

. se refiere a todos los sectores de servicios
. deberá darse a los inversionistas o empresas de todos los países del ALCA el mismo tratamiento que se da a los proveedores de servicios nacionales y locales, incluido el Estado.

Todo lo cual invalida la regulación gubernamental sobre el acceso de la población y la provisión de los servicios y otorga inmensas facultades a las empresas transnacionales que resuelvan invertir en servicios. La meta real es reducir o destruir la capacidad de los gobiernos del continente para suministrar servicios financiados para el sector público (considerados como ¨monopolios¨ en el mundo del comercio internacional). En este punto conviene precisar que para nuestra concepción (consignada en la Constitución Nacional) la educación es mucho más que un servicio; es un derecho básico que el Estado tiene la responsabilidad de garantizar a toda la población y no un objeto subordinada a las alternativas del mercado.

Una primera conclusión, en relación a este item de nuestra reflexión, es que la propuesta de canje de deuda por educación adelantaría la aplicación del capítulo de inversiones del ALCA en nuestro país, en todo el continente y aun en el resto de los países endeudados de la periferia mundial.

5. Por todas las razones expuestas hasta aquí y otras muchas que seguramente surgirán si la sociedad se involucra en el tema, es imprescindible promover un debate sustancial alrededor del proyecto que comentamos en el que puedan participar los docentes, investigadores, estudiantes, organizaciones populares, en fin todos los sectores cuya opinión debiera ser consultada y tenida en cuenta por el gobierno antes de avanzar en la toma de decisiones a nivel continental y mundial.


Las organizaciones sociales, políticas, culturales, etc. que asumimos la defensa de los intereses del pueblo y la nación deberíamos contribuir a que el conjunto de la sociedad tome cartas en el asunto, difundiendo el tema, promoviendo la participación activa de la población, opinando y haciendo conocer esa opinión al gobierno nacional y a todas las instancias en que la propuesta sea considerada.

6. Frente a la idea de que el proyecto de canje de deuda externa por educación es ¨la solución posible¨ a las actuales penurias económicas del sistema educativo, sostenemos que ésa no es la solución. Que en cambio sí existen alternativas que el debate seguramente mostrará. Pero, mientras tanto, adelantamos la opinión de que una primera medida a tomar es dejar de pagar la deuda externa e invertir esos recursos en educación, salud, construcción de viviendas, creación de puestos de trabajo y otras medidas que la emergencia nacional reclama con urgencia.
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(*) Esta resumen preliminar fue confeccionado por Marcela Belardo, Rina Bertaccini y Carlos Juliá en base a un intercambio de opiniones entre representantes del MoPaSSol, Diálogo 2000 y Movimiento Universitario de Izquierda. Tomamos en cuenta, además, información y opiniones aportadas por Ana T. Lorenzo en la reunión de Jubileo Sur efectuada en Buenos Aires en octubre 2003. Por otra parte consultamos los documentos de la reunión de la OEA y de la Conferencia de ministros de Educación de Iberoamérica en Tarija, así como notas y entrevistas periodísticas. Acudimos también al trabajo de Maude Barlow ¨El ALCA y la amenaza para los programas sociales, la sostenibilidad del medio ambiente y la justicia social en las Américas¨ (Quebec, 2001).