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Argentina: La lucha continúa

AMNISTIA A LOS LUCHADORES POPULARES: LA DERECHA MIENTE

por GABRIEL LERNER - CORREPI

Desde el Santiagueñazo del 93’ para acá, y frente a los azotes hambreadores y excluyentes del "modelo", millones ganamos calles, rutas y plazas resistiendo el despojo y la indignidad, vividos en cada hogar como desempleo, salarios miserables, enfermedad o educación de segunda. Los grupos económicos "ganadores" y sus representantes gubernamentales no dudaron en responder al pueblo de pie con balas de goma y de las otras, con policías, prefectos y gendarmes. No menos de 50 personas perdieron sus vidas como resultado de las salvajes represiones desatadas durante la década. La violencia contra el pueblo no solo fue física. Jueces, cámaras y fiscales, sintonizando la "onda" dominante, promovieron miles de procesos de Mosconi a Río Grande, persiguiendo a pobres que reclamaban comida a los hipermercados, imputando a desocupados que exigían trabajo sobre las rutas, repartiendo castigo estatal a trabajadores que denunciaban salarios de hambre… El fenómeno fue y es de tal magnitud que hoy son más de tres mil los compañeros encausados, víctimas de la criminalización de la protesta. ¡La injusticia de la marginación, más la injusticia de la represión y, como si no bastara, la injusticia de la persecución penal! Frente a tanta inequidad un conjunto de agrupaciones sociales y de derechos humanos presentamos un proyecto de amnistía para que se extingan las acciones penales en desarrollo para esos miles de compañeros. No se resolverá con ello la desigualdad social y tampoco recobraremos las vidas de los asesinados en Puente Pueyrredón o Plaza de Mayo, pero habrá un mínimo de justicia para los que derrocharon dignidad y hoy, por ello, esperan juicio y quizás condena. El proyecto, promovido entre otros por Correpi, fue hecho propio por un grupo de diputados nacionales y ahora batallamos para que el Congreso se digne discutir el tema. Como no podía ser de otra manera, la derecha puso el grito en el cielo. En el día de ayer el diario La Nación publica una nota de opinión firmada por Adrián Ventura, miembro de la redacción, que es todo un símbolo de cómo los medios voceros del privilegio deforman las demandas populares. Luego de titular "Menos el homicidio, todos los delitos serán perdonados" Ventura explica que el proyecto "es mucho más grave de lo que parece a primera vista" y pretende alarmar al lector con sus supuestamente nefastas consecuencias. Por si el señor o la señora no entendieron, el periodista ilustra: "Imaginemos, por ejemplo, un reclamo estudiantil o gremial, donde una de las personas que participa dispara y hiere gravemente a otra. Incluso, tal vez, le amputaron un miembro. ¿Queda comprendido en la amnistía?. Si" Ventura induce a equivocación: el proyecto no significa "perdón" por "los delitos", sino un reconocimiento estatal de que lo que hubo fue una digna y justificada lucha popular que no merece reproche penal. Ventura induce a error: cuando dice que "menos el homicidio todos los delitos serán perdonados" se olvida (¿?) que lo que no merecerá persecución penal son las acciones o conductas desarrolladas con finalidad de reclamo o protesta y dirigidas a hacer efectivos derechos humanos fundamentales. Ventura induce, finalmente, a confusión. ¿Cuáles son las protestas a que se refiere, en que los estudiantes o trabajadores tiraron balas?¿En qué país se edita La Nación, como para que uno de sus redactores desconozca quiénes han provocado los muertos y los heridos graves, por los que dice preocuparse?¿En cuántas notas los redactores de La Nación denunciaron la impunidad de mentores y ejecutores de la represión?. Efectivamente sobran los ejemplos de muertos en la protesta, pero ninguno fue provocado por las manifestaciones del pueblo. No es casual que no exista en el país un solo condenado por los asesinatos de Victor Choque, Teresa Rodríguez, por la masacre del puente correntino en el 99’, por Anibal Verón, por Petete Almirón y tantos otros. Y es que -Ventura y La Nación deberían comenzar por reconocerlo- durante una década signada por la expoliación, la resistencia y la represión, la violencia y la muerte fueron patrimonio de los de arriba, mientras que abajo el dolor se mezcló con la dignidad. Sobre esa realidad –que La Nación elude describir- el proyecto de amnistía no es más que un pequeño aporte de reparación y equidad. GABRIEL LERNER (CORREPI - Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional)