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Argentina: La lucha continúa

25 de noviembre del 2003

Antecedentes de la lucha por las 6 horas
Argentina: Reportaje a trabajadores del Metro


Nuevo Rumbo


Nuevo Rumbo: ¿Podrían contar qué antecedentes tiene la lucha por las 6 horas?

Compañero: La lucha por las 6 horas es, sin dudas, el reclamo más sentido por los trabajadores del subte desde siempre y tiene una larga historia. Brevemente, podemos decir que Perón dió por decreto la jornada de 6 horas en el año 1946. Luego, la dictadura de Onganía anuló el decreto y reestableció la jornada de 7 horas. Lo mismo volvió a ocurrir durante el gobierno de Cámpora, que dio las 6 horas, y la dictadura de Videla volvió a ordenar 7. En 1984, después de mucho luchar, la generación anterior de trabajadores impuso un acuerdo entre la UTA y la empresa SBASE que establecía la jornada de 6 horas. Cuando Menem privatizó el subte [metro] en 1994, autorizó a Metrovías a imponer una jornada de 8 horas, es decir, una hora más de explotación insalubre, superior a lo que habían dado las peores dictaduras que sufriera el país.

Siempre el reclamo de las 6 horas estuvo presente, en cualquier mateada en el vestuario, durante los descansos. En 1997, en pleno gobierno menemista, fuimos la primera privatizada en parar por despidos (y vale aclarar que la empresa no pudo despedir a nadie desde esa fecha). Allí organizamos un barbijazo reclamando el reconocimiento de la insalubridad. Pero el tema tomó fuerza el año pasado cuando entró en la Legislatura un proyecto de Ley que fijaba la jornada de 6 horas. Esa Ley fue votada casi por unanimidad, pero gracias a una maniobra conjunta entre Ibarra y los bloques peronista y radical, la Ley fue vetada. Las marchas y paros de hace un año seguramente hicieron que se acelerara un expediente que se abrió entre fines del 2001 y comienzos del 2002, que es sobre el que finalmente se apoya la resolución que hoy declara la insalubridad en el subte, y que nos reduce la jornada a 6 horas.

Si bien se han conseguido las 6 horas, que estarían haciéndose efectivas a fin de mes y se ha conseguido un incremento salarial, aun siguen abiertos muchos frentes de tormenta como consolidar los puestos de trabajo de la compañeras mujeres, el reconocimento de la antigüedad como criterio para tener en cuenta los ascensos, y otras cuestiones de mayor o menor importancia.

Es muy importante señalar también que la resolución de las 6 horas deja afuera del régimen de insalubridad a un sector importante de compañeros que padecen cotidianamente las mismas agresiones del ambiente de trabajo que los que están considerados en la resolución: los boleteros. Ellos padecen los mismos ruidos, la misma contaminación de aire que los guardas, conductores y mecánicos, y sin embargo, no fueron incluidos. Lo que ahora está planteado es la jornada de trabajo de 6 horas y la insalubridad para los boleteros, porque se ha cometido una gran injusticia. Tampoco fueron incluidos los compañeros de limpieza y de seguridad, que no pertenecen a la empresa Metrovías, y son discriminados por la resolución. Por lo tanto, si bien la declaración de la insalubridad es un paso importante, la lucha aun no está terminada hasta que todos los trabajadores que desempeñamos tareas bajo tierra trabajemos 6 horas. Como ves, aún siguen abiertos muchos frentes de tormenta.

NR: ¿Por qué el gobierno cambia la política... Primero dice no, y finalmente sí?

Compañero: Es claro que la insalubridad es el resultado de un complejo de cosas, que van desde el descrédito de que goza la burocracia de UTA entre la casi totalidad de los trabajadores del subte y que los llevó a abrir el expediente para ver si lograba reacomodarse frente a los trabajadores, hasta la nueva coyuntura política del gobierno Kirchner, el que sin dudas, busca ganar apoyo social. También jugaron a favor las elecciones de Capital Federal dado que Ibarra, para ganar, tenía que mostrar algo a la gente…

En realidad, todo esto se enmarca en la situación más general, que con sus idas y venidas, se abrió el 19 y 20 de diciembre del 2001. El último paro que realizamos fue el 14 de julio de este año. Fue un paro muy duro, donde salimos a repudiar un acuerdo convencional que la UTA había firmado con la empresa sin consultar con las bases. Ese acuerdo era muy perjudicial para los compañeros de las boleterías y además contenía un aumento salarial inferior a lo que daba el gobierno con los $200. Lo que más indignación causó en ese momento era que el acuerdo fue homologado en el Ministerio de Trabajo horas antes de la salida del decreto presidencial. Entonces paramos. Y aunque el paro salió con muchas dudas por parte de la mayoría de los compañeros, se garantizó bastante bien. La empresa respondió con alrededor de 60 despidos, entre ellos de 5 delegados. Pero el tema lo resolvió el gobierno, declarando nulos los despidos. El gobierno nacional también intervino, en los momentos previos a la salida del decreto, a través de una reunión que el propio Kirchner mantuvo con una comisión del Cuerpo de Delegados, obligando a la empresa a que incorpore a los salarios la totalidad de lo que se reclamaba en función de lo que daba el decreto de los $200. Esa fue, en realidad, la única oportunidad en que se produjeron despidos de delegados, pero indica cual va a ser la política de la empresa en los próximos conflictos.

N.R.: ¿Se ha reabierto la discusión de un Sindicato propio, por fuera de la UTA?

Compañero: La situación en este sentido es muy poco clara. El Cuerpo de Delegados actúa claramente por fuera del sindicato, pero aun no ha definido una política para constituir un sindicato propio. Esa es una pelea que seguramente va a plantearse tarde o temprano y que va a ser durísima. Incluso, muchos de los delegados que no tienen ni quieren tener ninguna relación con el gremio se niegan a impulsar un sindicato propio. N.R.: ¿han avanzado en organización con estas luchas y triunfos? Compañero: Lo que te contamos antes un poco responde esta pregunta. La base del subte se siente permanentemente traicionada por la burocracia. Por ejemplo, el 24 de octubre del año pasado, cuando nos movilizamos a la legislatura por la ley que Ibarra había vetado y fuimos reprimidos por la policía, paramos de forma muy contundente contra la represión y contra el veto a la ley, y la burocracia no sólo brilló por su ausencia sino que desconoció públicamente las razones del paro. El paro del 14 de julio del que hablamos antes fue contra la UTA y claramente fue la burocracia la que pidió los despidos que luego no se concretaron. Hace años que la UTA está muy desprestigiada y busca, por un lado aplastar a "los zurdos", como ellos llaman al Cuerpo de Delegados y los activistas. La pelea es compleja porque si bien la UTA no tiene ni base ni activistas, la mayoría del Cuerpo de Delegados y el activismo actúa muy alejado de la base y muchas veces se cae en métodos burocráticos que hacen que las luchas se complejicen, porque pareciera que siempre es "por todo o nada"...

N.R.: ¿qué conclusiones han sacado y cómo ven los próximos pasos a dar?

Compañero: Lo que es interesante señalar es que el proceso del subte es muy complejo y contradictorio. Hemos logrado cosas muy importantes en el marco de la lucha, pero es necesario sacar conclusiones, de manera que las conquistas se inscriban en la historia, y fundamentalmente, se avance en hacer carne de que pocas veces se consiguen tantas cosas sin luchas durísimas. Es necesario contar con un ejército de compañeros dispuestos a jugarse enteros, y para eso todavía falta mucho, entre otras razones porque la patronal todavía no ha salido decididamente a atacarnos y por tanto no hemos tenido caídos en batalla. Pero eso es lo que hay que esperar y para lo que hay que prepararse. Creo que hemos aprovechado situaciones políticas favorables pero aún no hemos madurado como un activismo que pueda considerarse una dirección seria y fogueada! en la lucha. Por eso decimos que tenemos que reflexionar, sacar conclusiones y fundamentalmente dejar de creer que siempre va a ser fácil. Yo diría, no dormirnos en los laureles.