La judicialización de la protesta, en una causa
Es un caso contra tres militantes de la CCC de Quilmes. Ayer, miles de piqueteros se congregaron en Quilmes para protestar contra la avanzada judicial. Cómo es el caso. Los discursos.
Por Martín Piqué / PAGINA 12
  
  Con el cambio de discurso del Gobierno aún resonando en sus oídos, 
  miles de piqueteros se concentraron en Quilmes para protestar por lo que consideraron 
  un caso testigo de la "judicialización del conflicto social": la denuncia 
  por "extorsión" contra tres mujeres de la Corriente Clasista y Combativa 
  de San Francisco Solano. Las acusadas son Norma Le Bret, Susana Ontivero y Yolanda 
  Lugo, que viven en un barrio pobrísimo de Quilmes, sobre el margen del 
  arroyo Las Piedras. Para los desocupados, la denuncia es "trucha" y está 
  inspirada en el intendente radical Fernando Geronés. "Que el poder político 
  entienda que los conflictos sociales no se dirimen en los Tribunales", reclamaron 
  ayer los manifestantes ante la sede de los juzgados de Garantías de Quilmes. 
  
  El mensaje también estaba destinado a la Casa Rosada. Bastaba con escuchar 
  cada uno de los discursos que se hicieron en el acto, realizado en la plaza 
  principal de Quilmes. "El Gobierno intenta frenar nuestros reclamos. Estos son 
  gobiernos débiles que intentan frenarnos con la judicialización 
  de las protestas", aseguró Ricardo Da Silva, de Suteba de Echeverría-Ezeiza. 
  "El gobierno nacional tiene que dejar de hablar de que no va a judicializar 
  la protesta y debe mandar al Congreso una ley de amnistía para los luchadores 
  populares. Tenemos que ir a fondo con los asesinos de Kosteki y Santillán 
  y también contra los que mataron a los compañeros de la Corriente 
  en Jujuy", reclamó Mariano Sánchez, del Movimiento Independiente 
  de Jubilados y Pensionados, que integra la CCC.
  La movilización llenó la plaza central de Quilmes y ocupó 
  más de cuatro cuadras por la calle Hipólito Yrigoyen, donde se 
  hallan los Tribunales. La masividad, la presencia de otras agrupaciones –como 
  el Movimiento Sin Trabajo Teresa Vive y el Movimiento Teresa Rodríguez– 
  y los discursos que se escucharon en el palco demostraron que no existe una 
  brecha entre supuestos sectores "duros" y otros más "negociadores" a 
  la hora de rechazar la "judicialización" de la protesta. "No vamos a 
  dejar la ruta porque reivindicamos los cortes de ruta y las movilizaciones. 
  Los del campo popular tenemos que unirnos y pasar a la contraofensiva para lograr 
  la amnistía y el desprocesamiento para los más de cuatro mil luchadores 
  populares", propuso Juan Carlos Alderete, líder de la CCC.
  El martes, Alderete había estado en la Rosada para anunciar que el Gobierno 
  había otorgado a la ex fábrica Aurora –que fue recuperada por 
  sus trabajadores y ahora se llama Renacer– los beneficios de la promoción 
  industrial. Con ese gesto, el Gobierno había intentado aliviar la tensión 
  producida por el episodio ante el Ministerio de Trabajo y la denuncia posterior 
  de Carlos Tomada. El Presidente sumó otro gesto para tratar de contemporizar: 
  convocó a una reunión de urgencia al titular de la FTV, Luis D’Elía, 
  quien regresaba de un viaje a México (ver nota aparte). De cualquier 
  forma, ayer, en la movilización de la CCC se escucharon varias críticas 
  al Gobierno.
  "El ataque que viene a partir del tratado del Gobierno con el FMI implica más 
  hambre –advirtió Lidia Braceras, dirigente de Suteba Quilmes y amiga 
  de las tres piqueteras denunciadas ante la Justicia–. Hoy tenemos un gobierno 
  que ha dado algunos gestos y hecho algunas cosas. Pero al mismo tiempo ha firmado 
  con el Fondo, y eso significa que no va a haber aumentos salarios ni de los 
  planes sociales." "Mientras andan sueltos los que entregaron todo el patrimonio 
  nacional, procesan a tres compañeras cuyo único delito fue trabajar. 
  No como esos serviles intendentes al servicio de los oligarcas y los terratenientes", 
  acusó Luis Cubilla, de la CCC Zona Norte. 
  En el acto se recordó que además de Le Bret, Ontivero y Lugo, 
  en el país están procesados más de tres mil integrantes 
  de organizaciones sociales y políticas. "Basta de persecución", 
  decía el cartel que los organizadores habían colocado como única 
  escenografía. En nombre de las acusadas habló Le Bret, quien agradeció 
  a los presentes y leyó una carta pública (ver aparte). La semana 
  próxima, tanto ella como sus dos vecinas del barrio deberán declarar 
  ante el Juzgado de Garantías Nº 1 de Quilmes, a cargo de la jueza Adriana 
  Myzskin, y responder las preguntas del fiscal Pelayo, de la fiscalía 
  penal Nº 4. "Nosotros vamos a defender a nuestras compañeras. Todos sabemos 
  que ésta es una falsa denuncia. Y que el poder político en Quilmes 
  es un poder corrupto", acusó desde el palco la docente Braceras.
  La movilización terminó frente a la sede del juzgado, donde los 
  piqueteros entregaron un petitorio con cinco mil firmas pidiendo que no se procesara 
  a sus compañeras. El delito del que se las acusa, "extorsión", 
  no permite la excarcelación y prevé condenas de cinco a diez años 
  de cárcel. En la protesta, los manifestantes prometieron que se movilizarán 
  "en todo el país" para defender a las tres mujeres de Solano. También 
  dijeron que la acusación contra ellas podría ser el primer paso 
  de la tan cuestionada "judicialización", que ahora el Gobierno se empeña 
  en negar.