Sobre el procesamiento de dirigentes piqueteros

Guillermo Cieza

La decisión del gobierno nacional de procesar dirigentes de tres organizaciones piqueteras (Futrade, 29 de Mayo y MUP 20 de diciembre) por haber bloqueado las puertas del Ministerio de Trabajo de la Nación, tiene el sentido inverso de la promesa realizada por ese mismo gobierno de desprocesar a miles de luchadores social que acumularon miles de causas durante la resistencia a Menem, De La Rua y Duhalde.
Es interesante señalar la causa porque estas organizaciones estaban frente al Ministerio de Trabajo: reclamaban 3000 planes de empleo.
La legitimidad de ese reclamo se asienta en hacer cumplir con la ley de Jefes y Jefes de Hogares, disposición que preveee como derecho universal la asistencia a mas de 4 millones de Jefes y Jefas de Hogar, y que no se cumple ya que los actuales beneficiarios del subsidio de $150 no alcanzan a 2 millones.
El comentario anterior abre las puertas para realizar un balance sobre la relación del gobierno de Kirchner con las organizaciones de desocupados.
El primer momento, donde el propio presidente recibió personalmente a las principales organizaciones piqueteras y les propuso "trabajar juntos" , fue modificándose hasta un presente donde los datos del quiebre de la relación se alimenta de datos objetivos: la decisión presidencial de no seguir otorgando planes a las organizaciones piqueteras, dos muertos en Jujuy, un incremento de apretes a militantes en distintos distritos del conurbano y los nuevos procesamientos judiciales.
En el trasfondo de este quiebre hay tres cuestiones a analizar: la causa Costeki-Santillan, los acuerdos con el FMI, los intentos de crear una fuerza piquetera propia.
La causa Costeki -Santillan, su avance o retroceso, tiene como componente politico decisivos la relación Kirchner- Duhalde. Esto es así porque el mismo Duhalde y buena parte de sus hombres de confianza pueden ser vinculados como responsables politicos de los asesinatos. La investigación realizada por el MTD Anibal Verón, que fue publicada en el libro Darío y Maxi, la dignidad piquetera, da cuenta de esa realidad. Duhalde protegió a los mencionados incluyendolos en la lista de diputados (Ruckauf, Atanasof, Alvarez).
El entusiasmo inicial del gobierno por crear un Comisión Investigadora, al que se ofrecieron sumar los propios familiares de las víctimas, se fue diluyendo al compas del mejoramiento de la relación entre los caudillos justicialistas. Hoy todo esta a fojas cero y el propio Secretario de Derechos Humanos lo reconoce. Y la promesa presidencial de "investigar hasta las últimas consecuencias" se inscribe en la listas de mentiras históricas de la clase politica argentina. Lo mismo sucederá en Jujuy donde la relación Kirchner-Fellner bloquea todo avance en la investigación en la dirección de las responsabilidades politicas.
En las negocaciones con el el FMI el gobierno argentino argumentó no negociar clausulas que comprometieran la deuda social del Estado con millones de argentinos. Podemos discutir si el acuerdo fue mejor o peor que otros anteriores. Lo que es seguro es que lo acordado impide cumplir con el Plan de Jefas y Jefas como derecho universal.
Dicho de otro modo, va a seguir estando la ley, pero no se contempló el recurso para cumplirla. Y como ocurría antes, en la carencia los planes se consiguen y se sostienen por dos ventanillas: por acomodo con los punteros politicos o por la lucha de las organizaciones piqueteras.
Esta disonancia entre la existencia de una ley y la falta del recurso para hacerla efectiva ha venido alimentando durante años al Movimiento Sin Tierra de Brasil, cuyo argumento mas elemental frente a cada ocupación de tierras es sencillamente: estamos haciendo cumplir la Ley de Reforma Agraria. Por lo que es de esperar que salvo se cumpla el milagro que la promocionada "burguesía nacional" genere en pocos años 2 millones de empleo, la tensión va a continuar y que la decisión presidencial de no dar mas planes a los piqueteros dure lo que la correlación de fuerzas se lo permita, o los límites que se imponga el propio gobierno antes de apelar a la represión abierta.
La idea de conformación de una fuerza piquetera propia se corresponde con el proyecto de crear una fuerza politica tranversal que algún momento entusiasmó al Presidente Kirchner. Este impulso llevó a que el gobierno adoptara una política de seducción ante distintos movimientos con la expectativas de sumarlos a su proyecto. Nuevas valoraciones sobre la convivencia en el interior del PJ, fueron enfriando el proyecto de la fuerza politica tranversal y de la fuerza piquetera propia.
Esto provocó un desarme de la politica de seducción y un sinceramiento de las relaciones con los movimientos. Salvo Luis D´Elia que siempre es oficialista y los buscas ex-montoneros, ex menemistas y flamantes piqueteros K del Mtd Evita, los demas son todos sucios, brutos y malos.
En esto de las nuevas valoraciones es interesante observar el proceso seguido de por Kirchner que de la idea de romper con el PJ para armar un polo progresista con la Carrio, Ibarra y otros, pasa un acuerdo circunstancial con el PJ para llegar al gobierno y despues armar una fuerza tranversal; idea que posteriormente es desplazada por la apuesta a la enorme capacidad demostrada por el PJ para sintonizar con los tiempos politicos y los vientos mundiales dominantes en cada momento histórico Idea que le permite justificar al titular de la CTA Victor De Genaro porque siempre se opuso a la creación de un PT en la Argentina , pero que ademas puede justificar a la complicidad del vandorismo con el golpe de Onganía, a las 3 A, a la década menemista y a futuras represiones de movimientos populares.
Analizadas estas tres cuestiones, donde surgen los motivos mas importantes del quiebre de la relación entre el gobierno y las organizaciones piqueteras, y revisando errores propios, es evidente que algunas organizaciones piqueteras hicieron una lectura ideológica y no politica de lo que significaba el gobierno de Kirchner en relación al gobierno de Duhalde. Supusieron que era lo mismo un gobierno ilegítimo y con escaso consenso, que un gobierno votado en las urnas, cuyas primeras medidas tuvieron un 80 % de aprobación popular.
Ese tipo de lecturas y una voluntad mas asentada en denunciar al gobierno, que en apoyarse en las expectativas populares para movilizarse por conquistas y organizarse, ha favorecido la intención de todo el sistema politico y comunicacional de desligitimar los reclamos y las organizaciones piqueteras. Pero estos errores, sobredimensionados por quienes pretenden justificar al oficialismo, no explican los actuales deseencuentro.
Un buen ejemplo de lo que se viene es la puntualización que hace en el día de fecha (24/10) el perodista progresista Pasquini Duran, en el periódico progresista Pagina 12 sobre el MTD Anibal Verón. Hablando de oposiciones llama la atención sobre el hecho de que el MTD Anibal Veron tenga una posición anticapitalista, lo que supone estar fuera de la oposición creíble y responsable.
No puede decir que ese movimiento piquetero haya tenido una lectura politica esquematica de la la coyuntura. No son brutos, pero son malos.
La ruptura del gobierno con las organizaciones piqueteras, representa para estas organizaciones un acotamiento de sus posibilidades de crecimiento en el corto plazo, pero también se reducen las posibilidades de cooptación.
Para el gobierno significa quebrar el único vínculo posible con un apoyo de masas movilizado. Convertirse un poco mas en rehen de la estructura de dominación construída durante 25 años de neoliberalismo.
La disociación entre un discurso politico progresista y realidades como son los acuerdos con el FMI, la propia naturaleza del PJ, la incapacidad estructural de crear empleo, prometen que la relativa paz social que respiramos va a sacudirse en los próximos meses.
El gran desafío de las organizaciones piqueteras es no caer en la trampa corporativas, no aislarse social y politicamente de los millones de argentinos que quieren creer, que , como todo indica, volverán a ser defraudados y como enseña nuestra historia, van a resistir