EEUU recrea la Doctrina de la Seguridad Nacional
A 20 años de democracia
se confirma el fracaso de las elites
Isidoro Gilbert
La Republica
Hace 20 años, un 30 de octubre, los argentinos pudieron retornar
a las instituciones democráticas luego de la pesadilla de los años
del terror.
La sociedad entonces también vivió, después de tantos tiempos negros, la euforia de la reconstrucción institucional encolumnándose detrás de Raúl Alfonsín hasta que la economía y la incapacidad de poner en caja a las FFAA, que buscaron impunidad a cualquier costo, lo desflecaron lo que acabó con las ilusiones de crear el Tercer Movimiento Histórico.
Era la idea para superar la antinomia peronismo-radicalismo, algo parecido a la transversalidad que pregona Néstor Kirchner. Sic transit gloria mundi, pudo decir el radical cuando a cuatro años de llegar al gobierno derrotando al peronismo, algo que no tenía precedentes, otro comicio sepultó sus sueños de hegemonismo.
Vale la lección para el Presidente aunque las circunstancias son diferentes, porque necesita contraponer peso propio por el ajeno que le prestaron o le otorgan en consignación para hacer gobernable al país, aunque el peso de sus políticas --que tienen más consensos que disensos-- y su popularidad, no le permitirían a sus adversarios partidarios, retacearle demasiado el respaldo.
Por lo pronto, el discurso de la transversalidad que tanto irrita al no kirchnerismo dentro del Partido Justicialista, no será el que prevalezca en el futuro. Una hipótesis: alentar una fuerza de centro-izquierda que actúe como aliado. Es un debate que se está dando dentro de los retazos de lo que fue el Frente Grande, pero sus cuadros más lúcidos no buscan revitalizarlo sino que en este espacio se pongan en funcionamiento los acuerdos transversales con socialistas, radicales o peronistas que no se sienten contenidos en sus estructuras y sobre todo con el movimiento social, no en un Partido (que en todo caso sería la culminación de un proceso) sino como Movimiento.
Se parece a lo que postula Elisa Carrió. Pero la diputada es celosa de la independencia de su construcción política y teme que un acercamiento al Poder, termine por desdibujar la mejor de las intenciones. Opta por ser de oposición constructiva. De todos modos la discusión está en pañales.
Regresemos a la historia, que siempre es aleccionadora. Después de Alfonsín llegó Carlos Menem, pero no era inevitable penetrar acríticamente en la corriente neoliberal dominante, como supone ahora gran parte del justicialismo para justificarse en políticas que hoy los avergüenzan. Al menos con el estilo feroz con que se hundió industria, Estado y se introdujo, en nombre de la modernización, la supeditación a las multinacionales y a la política externa de Washington, todo envuelto en instituciones deterioradas y corruptas.
El forcejeo con las privatizadas
¿Cuáles son las lecciones? Así como la elite económica acompañó a la dictadura y ella permitió el florecimiento de un empresariado rapaz, no se puede decir lo mismo que ese sector vio con buenos ojos el ascenso de Alfonsín aunque éste terminó pactando con los "capitanes de la industria". Menem creyó que los cooptaba pero fue asimilado por el capital concentrado y ya se sabe, con el interregno continuista de la Alianza, cómo terminó la aventura.
Lo objetivo en estos tiempos de democracia es el fracaso de gran parte de la clase política, incluso del peronismo que por falta de opciones pero no de oportunidades dominará el Parlamento y provincias. Pero también de la elite económica, que quiere mantener el poder real detrás del poder formal. Lo que ahora ocurre es que ni uno ni otros consiguen instalarle a Kirchner la agenda de sus intereses corporativos o de plata.
¿Cuánto durará la "resistencia"? Hay tironeos por tarifas en especial los de la energía. ¿Exhibe sólo el gobierno gestos dureza para concluir en una negociación que modifique poco la relación privatizadas-Estado o habrá un cambio real?
Veamos. Las empresas han ganado mucho en tiempos cercanos y si bien en ningún país capitalista eso sirve de antecedente, lo real es que desde antes del colapso de la convertibilidad ya habían dejado de invertir y en esos días dorados y los posteriores, siempre han tenido beneficios.
No hay capital de riesgo en la Argentina. Las inversiones de los 90 han sido con mercados cautivos y beneficios seguros y ninguna se atreve a invertir pensando que sacará en tiempos de posible recuperación económica, dividendos mínimos. Buscan que con mayores tarifas se financien las inversiones o el pago del endeudamiento externo.
No es improbable que los cortes de energía y aguas corrientes hayan sido parte de un plan, como suponen las autoridades, pero no se puede demostrar fehacientemente. La interrupción de la energía puede ser "la carabina de Ambrosio" para las companías, pero ¿quién puede afirmar que Kirchner no pagará costo político por ello, él, que necesita como nadie del respaldo de la gente? Por lo pronto, ya se oyeron cacerolazos cuando se producen cortes de electricidad.
En principio la posición oficial es revisar contrato por contrato y definir después de la pesquisa que tiene en cuenta inversiones e impacto sobre el nivel de vida popular, si se procede a incrementar las tarifas. Es un plan razonable, pero sin embargo estorbado por los grupos concentrados, porque no se complementaría ese diseño si no hay una reformulación drástica de los entes reguladores, cuyos lineamientos conocidos irrita a los dueños de las empresas.
Hay un precedente por lo menos dudoso. Es como se pactaron los nuevos contratos con las empresas viales. No se entiende porqué no se ha eliminado el peaje si por medio de impuestos a los combustibles hay financiación suficiente para mantenimiento y construcción de caminos y menos aún, que no se haya concretado, al menos todavía, el marco del control.
Los usuarios, en todos estos casos, son los convidados de piedra. Por eso se entiende la visión de que en el tema de caminos sólo hubo el desplazamiento de algunos grupos poderosos, y el ascenso de otros, no tan fuertes en algunos casos, que podrían sumarse a conformar una muy peculiar burguesía nacional con las virtudes y vicios que puede generar su familiaridad con el poder.
El ALCA tan temido
Tan ardua como las negociaciones contadas son las que se realizan en torno al ALCA. EEUU vuelve a presionar para que se concrete en 2005 según la fórmula original: libertad de comercio sin dar nada a cambio. Era previsible que luego de afinarse la relación argentino-brasileña, Washington intente colocar una pica en Flandes. El representante adjunto de Comercio norteamericano, Peter K. Allgeier, buscó aquí esa fisura prometiendo abrir el mercado de su país a una serie de productos argentinos a cambio de avanzar en un objetivo: que se abran los mercados de los servicios que significaría, para el caso local, hundir el Compre Argentino, una norma que permite que la industria tenga peso en las licitaciones del Estado, por caso.
"Son espejitos de colores", cuentan en el Palacio San Martín que se le dijo al visitante, un halcón en esta negociación que tiene entre ceja y ceja a Brasil y por carácter transitivo a la Argentina.
Hay de todas maneras matices en uno y otro país. El gran vecino tiene una política casi de confrontación con los EEUU en lo que a ALCA se refiere, reflejo del peso de su burguesía y de las posiciones nacionalistas de Lula. Aquí se modera el lenguaje, no los fines: "Hay que cuidar la unidad del Mercosur", explican pensando que el Uruguay de Jorge Batlle siempre amenaza con el portazo. En rigor, el uruguayo juega también un arma para encontrar un lugar bajo el sol.
La amenaza de "ir al ALCA aun sin Brasil y Argentina" que deslizó Allgeier, está pensada en una balcanización del Mercosur y de Sudamérica, que no parece viable después de lo ocurrido en Bolivia aunque en esta pesca desaforada de aliados, consigan oídos atentos a sus cantos de sirena. En lo que concierne a Lula y Kirchner, sin apertura del mercado agrícola, es decir, la eliminación de los subsidios, aunque esta fuera gradual y con un cronograma, no habrá ALCA en 2005.
Kirchner eludió, en este contexto, ir a Miami, donde el principal diario local promovió un encuentro de personalidades que sin duda iba a convertirse, dentro o fuera del evento, en otro factor de presión sobre el gobierno para que se distancie su relación con Cuba. En este sentido, el canciller Rafael Bielsa, que no es un "duro", fue claro: "El enemigo de mi amigo no tiene por qué ser mi enemigo" indicando que se pueden tener buenas relaciones con EEUU como con la Isla.
El consejo de no ir a Miami fue del embajador en EEUU, José Bordón, porque era un foro menor. De todas maneras, obligó a Kirchner a cancelar su intervención en la cumbre socialdemócrata de Brasil a la que lo invitó Lula, incluso para que participe de su cumpleaños, lo que da pie a los murmullos aviesos por eso de compensar un rechazo con otro de desigual calidad.
Compromisos que reclama el Pentágono
Esta semana tendrá lugar en México la reunión regional sobre defensa y terrorismo. Hay, en principio, visiones antagónicas se podría decir, de cómo ven el problema argentinos, brasileños y mexicanos de un lado y EEUU del otro. Por caso, sobre a quién compete la acción antiterrorista y contra el narcotráfico: el Pentágono busca avanzar con sus teorías de los espacios vacíos y que acabe esa insistencia de varios países de no inmiscuir a las FFAA en los tópicos señalados o en seguridad interna, o que se enfoque desde la óptica de Defensa, desde migraciones hasta enfermedades; en suma, una nueva Doctrina de la Seguridad Nacional.
Ya se sabe que un curso de acción se desplegó en contra del jefe del Ejército, Roberto Bendini, cuando se opuso públicamente a las teorías del Pentágono. Por lo pronto Kirchner promueve su ascenso a teniente general, lo que indicaría que piensa mantenerlo en el cargo.
Esta cumbre no debate ejercicios conjuntos, pero quién duda que sobre el tema, después de la suspensión del Aguila III, será planteado por los norteamericanos en las reuniones bilaterales. USA quisiera reflotar el Tratado de Asistencia Recíproca (TIAR) que México dice que es obsoleto. Washington quiere que se lo remoce de acuerdo a su doctrina de la guerra preventiva. Incluso desea insertar institucionalmente a la Junta Interamericana de Defensa dentro de las estructuras de la OEA, una idea persistente desde febrero de 1967.
Las perspectivas de un fracaso, determinó que no irá al cónclave el secretario de Defensa, Donald Ramsfeld. Son signos de los tiempos.