Argentina: La lucha continúa
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19 de enero del 2003
Mientras Argentina sufre miseria y desigualdad
Grupos empresarios buscan salvarse estatizando sus deudas privadas
Emilio J. Corbière
Los grupos empresarios multinacionales y argentinos buscan salvarse transfiriendo sus deudas en dólares al Estado. Primero lo hizo Domingo Cavallo, a fines de la dictadura en 1982 y Eduardo Duhalde, en la Provincia de Buenos Aires, cuando era gobernador, de acuerdo a lo planeado por Jorge Remes Lenicov.
Mientras el país es entretenido con el crimen de María Marta García Belsunce, la firma del acuerdo con el FMI y el desembolse de reservas o las ridículas peleas internas de una clase política en decadencia, los grandes grupos multinacionales y la llamada burguesía nacional, están presionando para que el Estado estatice sus deudas en dólares y para ello utilizan los chantajes del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco de Interamericano de Desarrollo (BID).
El capitalismo funciona utilizando a los Estados como 'nodrizas'. Estados Unidos recurre a la guerra para transferir a grupos del 'complejo militar-industrial' enormes cifras del presupuesto en tanto que concentra más las riquezas aliviando el pago de impuestos a los más ricos.
En las naciones periféricas la cuestión es más dramática porque con economías dilapidadas por la corrupción, saqueadas por banqueros y empresarios, los grupos económicos privados se aferran al Estado para poder enfrentar sus megadeudas. Antes de la devaluación ya habían planeado su plan de 'salvataje' por el Estado y luego, al caer la relación peso-dólar, uno a uno, comenzaron un nuevo ciclo de presiones sobre los legisladores y el Poder Ejecutivo.
La Fundación Capital dio a conocer que de 90 empresas, unas 49 ingresaron en alguna clase de default, por la cesación de pagos de intereses de capital y/o intereses o el incumplimiento de alguna de las condiciones originales de los títulos emitidos.
Hay 35 compañías que cayeron en cesación de pagos por 1614 millones de dólares. Este año deberán enfrentar vencimientos de capital e intereses por 4.900 millones de dólares. Hay empresas de capitales extranjeros y las privatizadas. Telecom, Metrogas, Edenor y Transener, han declarado la cesación de pagos. Telefónica reestructuró su deuda postergando los vencimientos de los títulos. Una larga lista está en default como Mastellone, Loma Negra, Grupo Clarín, Acindar, Alpargatas, Sideco, Ferrum y Fargo, entre otras. Los bancos ya recibieron un seguro de cambio del Estado, que asumió el costo de la devaluación, compensándolos con el Boden 2012 por la diferencia cambiaria. El estado argentina les pagará en los próximos diez años, sin discriminar entre bancos nacionales o extranjeros.
El proyecto de los grandes grupos empresarios, apunta a refinanciar deudas por unos 7.000 millones de dólares de las 40 mayores empresas de capital nacional. Habría plazos no menores a 10 o 15 años y una tasa de interés máxima del 6 por ciento anual. Pero el Estado argentino debería aportar dinero fresco, junto con las AFJP. Como todo el mundo sabe, el fraude de las AFJP, es decir el fraude las jubilaciones privadas, impide a estas aportar los 500 millones de dólares que se les exigiría. El desastre de las jubilaciones privadas, no solo en la Argentina, lo sufrirán las generaciones futuras.
El salvataje y mayor endeudamiento del Estado no servirá para recomponer las empresas, en donde la mayor parte de sus propietarios sacaron su dinero en dólares fuera del país, especialmente en el 2001, avisados por los bancos de que se implantaría el 'corralito'. El drenaje de fondos argentinos al extranjero ha sido incesante desde hace una década, sin contar las enormes ganancias de las privatizadas que actuaron como monopolios, con millones de contribuyentes cautivos.
No habrá 'derrame' alguno para las PYMES y mucho menos para la población, una sociedad que tiene a más de la mitad de los habitantes bajo la línea de la pobreza y con más de la mitad de los salarios que no cubren el costo de la canasta básica.
El sistema capitalista implosionó en la Argentina. El país dependiente se transformó en una factoría, sin independencia económica y política. Este nuevo sistema de economía 'de enclave' en el que ha devenido la Argentina es parecido a la situación de China a finales del siglo XIX dentro del 'sistema de las concesiones'. Este es el problema central que no se quiere ver ni abordar.